Gaviota reidora 

(Chroicocephalus ridibundus)

Orden: Charadriiformes                                                           Familia: Laridae

OBSERVACIÓN:

Pueden observarse mezcladas junto con los ejemplares de gaviota patiamarilla en el Guadiana, destacando la enorme diferencia de tamaño que existe al comparar ambas especies.

DESCRIPCIÓN:

Se trata de una gaviota de pequeño tamaño (de unos 38 cm de longitud) cuyo plumaje varía según las estaciones. Durante el verano muestran una máscara pardo-negruzca en la cara, mientras que durante la época de invierno la cabeza es de color blanco con dos manchas pardo-grisáceas en las auriculares. Las hembras y los machos, en apariencia idénticos, manifiestan algunas pequeñas diferencias en cuanto a sus medidas corporales, ya que los machos poseen un mayor tamaño. Sin embargo, el plumaje varía con la edad; así, los individuos adultos exhiben un diseño nupcial dominado por una tonalidad gris clara en sus partes dorsales y de un blanco puro en las ventrales, que se torna color chocolate en la cabeza, donde resalta vivamente un anillo ocular incompleto de color blanco. El pico es de un intenso color rojo negruzco. En cambio, los ejemplares juveniles se caracterizan por mostrar manchas de color pardo en el dorso y carecen de la llamativa máscara oscura hasta el tercer año de edad. Asimismo, las patas y el pico pasan de ser anaranjadas a rojizas.

Presenta un vuelo mucho más ágil que el resto de las gaviotas debido a su menor tamaño.

HÁBITAT:

En la Península Ibérica es una especie invernante, habitual de las costas y los puertos pesqueros, aunque también podemos encontrarla en zonas del interior cerca de los ríos. Las colonias de cría se establecen preferentemente en las marismas, entre la vegetación de las orillas de lagos y lagunas, e incluso en islotes en el mar.

ALIMENTACIÓN:

La dieta de los individuos establecidos cerca de las orillas de los ríos, lagos y lagunas, se basa, fundamentalmente, en insectos, gusanos, pequeños crustáceos y peces, así como despojos diversos que flotan en el agua o aparecen varados en las orillas. En el mar, su alimentación se compone principalmente de peces, así como de otros animales de pequeño tamaño, como cangrejos.

REPRODUCCIÓN:

Es una especie colonial y monógama, que se empareja para toda la vida, aunque estas parejas no permanecen juntas durante todo el año.

Se reproduce regularmente en las zonas húmedas situadas en las costas mediterráneas, en lagunas, y excepcionalmente, en humedales del interior.

La época de cría es de abril a junio, donde las hembras depositan dos o tres huevos de color variable, desde verde mate a gris o incluso ocre, manchados, los cuales son incubados por ambos progenitores en igual proporción a lo largo de 23 o 24 días. Las crías, alimentadas por la pareja, abandonarán el nido a los pocos días de nacer y alcanzarán su completo desarrollo a los 35 días de vida, pudiendo volar a las 5 ó 6 semanas.

NIDIFICACIÓN:

Suelen anidar en salinas, marismas y lagunas. Construyen los nidos en colonias, directamente en el suelo, al abrigo de la vegetación. Se trata de una estructura formada por materia vegetal aportado por ambos sexos, aunque es el macho el que elige el lugar y comienza la construcción del mismo. 

CANTO:

Presentan un canto muy variado, pues emite desde melodiosas llamadas, "kraa", hasta estridentes gritos de alarma, "kek". Los reclamos en invierno son más altos y claros, diferentes a los realizados durante la época de cría.

MIGRACIONES:

La Gaviota reidora se comporta como una especie netamente migradora, que se desplaza hacia el sur de sus zonas de cría para pasar el invierno en zonas como la Península Ibérica, Turquía o el norte de África, que constituye, junto con Canarias, el límite meridional de su distribución invernal.

AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:

Carece de amenazas importantes a escala global, pero en ciertas regiones, como en España, están sufriendo una serie de variaciones poblacionales que podrían estar ligadas a los ciclos de sequía en las zonas en las que esta especie nidifica. Además, se trata de un ave oportunista, y el cambio en la gestión de los residuos sólidos urbanos podría estar reduciendo notablemente la cantidad de alimento en los vertederos en los cuáles conseguían gran parte de su alimento, afectando esta situación negativamente a las poblaciones.