Garza real 

(Ardea cinerea)

"Grey Heron"
"Garça-real"

Orden: Pelecaniformes                                                 Familia: Ardeidae

OBSERVACIÓN:

Normalmente la podemos encontrar en el islote situado a la altura del Puente Real, aunque, con suerte, a veces es posible verla junto a la orilla del río, siempre solitaria e inmóvil, tanto que si no vamos prestando atención nos puede pasar desapercibida. En ocasiones también es posible observarla posada en las rocas del otro lado de la orilla junto con los cormoranes, o en el pequeño islote que se encuentra bajo el Puente de Palmas en compañía de los patos y gansos que abundan por aquella zona, por donde se desplaza pausadamente en busca de alimento.


DESCRIPCIÓN: 

La garza real es un ave de gran tamaño de entre 90 y 100 cm, con una envergadura alar de 1,75 a 1,95 metros y un peso de 1 a 2 kg. De figura estilizada, largo cuello y coloración generalmente grisácea y algunas zonas de color blanco. Los adultos tienen la cabeza blanca con un copete negro superciliar y una cresta delgada; mientras que en los juveniles toda la cabeza es de color gris. Presenta un pico fuerte y rojizo muy adecuado para pescar que, junto con el de las patas, se vuelve de un color más vivo al comenzar la primavera. Sin embargo, fuera de la época de cría, el diseño es menos contrastado, sin las plumas ornamentales de la cabeza, con el pico amarillento y las patas parduscas.

                                                                                                                                                              Garza real a las orillas del Guadiana

Permanece de pie inmóvil durante largos ratos, en el agua o cerca de ella, con el largo cuello erguido o la cabeza hundida en los hombros; aunque también en ocasiones se la puede ver posada en los árboles.

Tiene un vuelo pausado pero potente, durante el cual adopta una postura muy característica, con su largo cuello retraído en forma de S, las alas arqueadas y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola.

Son activas durante las 24 horas del día.

HÁBITAT:

Durante el invierno habita en los márgenes de depósitos de agua dulce, salobre y salada. Sin embargo, durante la época de reproducción frecuenta lagunas, marismas o riberas de agua dulce, donde puedan contar con vegetación emergente y arbolado próximo en el que instalar sus nidos. Por lo general, descansan posadas en los árboles o en los márgenes próximos al agua, entre la vegetación, pasando desapercibida durante largo tiempo.

Garza real alrededor de una de las isletas del río Guadiana

ALIMENTACIÓN:

Se trata de una especie omnívora. Su alimento básico lo constituyen los peces, aunque se alimenta de una amplia variedad de organismos: pequeños mamíferos, aves, reptiles, anfibios, peces, insectos, vegetales, crustáceos, moluscos y lombrices.

La técnica más habitual de caza que utiliza consiste en permanecer inmóvil, al acecho, hasta que pasa alguna de sus posibles presas; y, una vez localizada, tras un fulminante movimiento del cuello, la pinza con el pico para luego deglutirla.

Es posible que cuando pesca se interne dentro del agua, siendo capaz de nadar cortas distancias.

REPRODUCCIÓN:

Esta especie cría en colonias, a las que se unen otras especies de garzas, o incluso de cigüeñas. A mediados de febrero, cuando ya lucen el plumaje nupcial, y tras un ritual de cortejo en el cual dominan las contracciones del cuello y las vocalizaciones; se forma la pareja. Tras ello, la hembra realiza una única puesta de 3 a 5 huevos de color verde o azul pálido, que son incubados por ambos progenitores durante un periodo de 25-28 días. Es posible que vuelvan a anidar si la primera nidada se pierde. Las crías son capaces de desplazarse alrededor del nido a los pocos días de nacer, aunque seguirán dependiendo durante un tiempo del alimento que les aporten sus progenitores. Al cabo de 45-55 días, con el plumaje completamente desarrollado, las jóvenes garzas ya son capaces de volar.

NIDIFICACIÓN:

Macho y hembra se encargan de la construcción del nido. Demuestran preferencia por construir el nido sobre los árboles, pero también lo hacen en las rocas, entre la hierba alta a la orilla de los estanques y en la tierra. Suele ser muy rudimentario, pero cada año lo reconstruyen agregando más ramas, consiguiendo al cabo de varios años toda una fortaleza.

CANTO:

Emite varios sonidos diferentes, fundamentalmente cuando se encuentra en compañía de otras garzas dentro de las colonias de cría, o incluso durante el vuelo; produciendo un canto poco agradable al oído humano, siendo una mezcla de graznidos y silbidos poco melódicos similares a un bronco y grave "kraoj" algo trompetoso.

MIGRACIONES:

Las poblaciones más norteñas de la especie son las únicas que realizan migraciones de largo alcance hacia latitudes más cálidas, mientras que el resto se consideran sedentarias. En sus desplazamientos, escogen la Península Ibérica como principal lugar de destino o de paso obligado hacia África. Consecuentemente, en el estrecho de Gibraltar se detecta todos los años entre los meses de octubre y noviembre un importante flujo migratorio de estas aves.

AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:

Los principales problemas para esta especie están relacionados con las fluctuaciones de los niveles hídricos de los humedales, la escasez de lugares de nidificación y la potencial persecución que sufren por parte de los pescadores. La garza real se incluye en la categoría "De interés especial" en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Por otro lado, las garzas tienen que enfrentarse continuamente a sus principales enemigos, como lo son los cuervos, las cornejas y las aves rapaces, que saquean sus nidos.

© 2016 Aves de Badajoz. Rocío Salgado
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