Ánade real 

(Anas platyrhynchos) 

"Mallard"
"Pato-real"

Orden: Anseriformes                                Familia: Anatidae

OBSERVACIÓN:

Podemos observar ejemplares de ánade real tanto en el estanque del Parque de Castelar, como a lo largo del paseo fluvial. En este último es fácil observarlos tomando el sol en la orilla o nadando tranquilamente, e incluso sobrevolando las aguas del Guadiana.

DESCRIPCIÓN:

También llamado 'Ánade azulón', 'Colvert', o 'Pato de collar'; el ánade real es uno de los patos más comunes, pues podemos encontrarlo en una amplia variedad de lugares, ya que se habitúan con facilidad a la cautividad, compartiendo el estanque con individuos de su misma y de otras especies. Sus chapoteos y sonidos, unidos al brillante colorido de los machos, le han convertido en uno de los patos más populares a la hora de ambientar los diferentes parques y jardines.

Son buenos nadadores, y excelentes voladores, pues a menudo consiguen elevarse casi en vertical. Suelen volar en bandadas aunque forman parejas en el momento de la reproducción.

Es un pato de tamaño medio que presenta un claro dimorfismo sexual. El macho adulto, en su plumaje de apareamiento (desde octubre hasta principios de verano), se caracteriza por presentar una cabeza de color verde metálico muy llamativa, seguida de un collar blanco y un pecho castaño-rojizo. En cambio, las hembras son de un tamaño algo menor y presentan un plumaje más uniforme de color parduzco y moteado. La mejor característica distintiva de estas hembras es el espéculo de los paneles alares de color violeta-azulado. Los individuos jóvenes y los machos, durante la época no reproductiva presentan un plumaje similar al de las hembras, aunque en el caso de los machos, éste es de un color más oscuro. 

Hembra y macho de ánade real adultos

Juveniles de ánade real

HÁBITAT:

Se trata de un ave muy generalista. Ocupa una gran diversidad de hábitats, ya que soportan muy bien los diferentes cambios de temperatura. Es fácil observarla en estanques en parques y jardines, en ríos, charcas, lagos, pantanos, embalses... De cualquier forma, muestra preferencia por las aguas someras o poco profundas, en las que, por sus hábitos gregarios, se concentra en grupos de tamaño variable.

ALIMENTACIÓN:

Aunque su principal aporte alimenticio está constituido por plantas acuáticas, el ánade real también se alimenta de insectos, gusanos, moluscos o pequeños peces. Frecuenta también praderas, campos de cereal y dehesas de encina para alimentarse de hierba, brotes de siembras y bellotas.

REPRODUCCIÓN:

Normalmente, durante el mes de febrero tiene lugar un vistoso cortejo nupcial por parte del macho, caracterizado por un complejo despliegue de posturas, batir de alas, giros y sacudidas de la cabeza, estiramiento de la cola y golpeteo del agua con el pico, todo ello acompañado de silbidos y graznidos. Una vez formada la pareja y producida la fecundación, la hembra deposita entre 7 y 13 huevos que incuba durante aproximadamente 28 días, teniendo después una eclosión simultánea. Las crías que nacen son capaces de nadar y bucear a las pocas horas de vida y desde ese momento siguen a su madre en busca de alimento. Cuando cuentan con 50-60 días, ya son capaces de volar y comenzar a valerse por sí mismas.

Macho y hembra de ánade real con sus crías

Hembra de ánade real con sus crías

Crías de ánade real

NIDIFICACIÓN:

Es la hembra la que se encarga de la construcción del nido a base de pequeñas ramas, revestido de hierba, hojas y abundante plumón.

Los nidos se sitúan generalmente en una depresión oculta entre la vegetación palustre o al amparo de algún matorral, aunque a veces pueden localizarse en zonas alejadas del agua, como resquicios de las rocas, huecos en los árboles o campos de cereal. Aceptan con facilidad los nidos artificiales.

CANTO:

El macho emite un sordo y nasal "wruab", similar al croar de una rana, que repite dos o tres veces. En cambio, la hembra emite un graznido rápido -"cuac cuac cuac cuac"-, cuya intensidad disminuye gradualmente. En invierno, cuando los machos cortejan a las hembras, éste emite un corto y débil silbido "piu".

MIGRACIONES:

Las poblaciones del norte y centro de Europa, al igual que las siberianas, efectúan movimientos migratorios de largo alcance, en tanto que las del sur y oeste de Europa se muestran básicamente sedentarias, aunque pueden realizar cortos desplazamientos dispersivos ante condiciones ambientales desfavorables. La llegada de invernantes a nuestro país tiene lugar en el mes de septiembre y alcanza su punto máximo entre diciembre y enero. El retorno a las áreas de cría se produce sobre el mes de abril.

AMENAZAS Y CONSERVACIÓN:

La intensa presión cinegética a la que se ve sometida la especie es la principal amenaza para sus poblaciones, a lo que debe añadirse la progresiva alteración de los humedales donde habita.

© 2016 Aves de Badajoz. Rocío Salgado
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